miércoles, 26 de diciembre de 2012

DARLO TODO ES RECIBIR MUCHO MÁS...



Dentro de la practica del Zen existen diferentes gestos que adquieren un gran protagonismo en el día a día de todo practicante. Pero sin duda alguna, el más común de ellos es sin duda el que conocemos por el nombre de "gassho".
En la postura de gassho, las manos se colocan una contra otra, uniendo la superficie de los dedos  y de las palmas de las manos. Los antebrazos se colocan en posición horizontal, quedando la punta de los dedos a la altura de la nariz.
Son muchos los significados que se le otorgan a este gesto milenario que ha perdurado de generación en generación desde la antiguedad, pero a grandes trazos podría decirse que la mano derecha está relacionada con todos los aspectos más conceptuales y racionales de nuestra mente. En cuanto a la mano izquierda, le corresponden los aspectos relacionados con la intuición, el mundo invisible y la espiritualidad. Así cuando nosotros unimos las manos en gassho hacemos realidad la unidad entre el ego y el cosmos, entre lo material y lo espiritual. 


Cuando juntamos las manos en gassho nos desprendemos de nuestra mente ordinaria y con ello del pensamiento dual que la misma proyecta en cada uno de nuestros actos. Aceptamos todos los fenómenos sin importar si los mismos nos benefician o nos perjudican, y lo más importante, nos abandonamos por completo dándolo todo sin esperar nada a cambio.

Así que podemos comprender que hacer gassho sobre todo significa mostrar nuestra más pura humildad hacia todo lo que nos rodea.
Son muchas las situaciones en las que hacemos gassho, pero quizás las más usuales son cuando ponemos incienso a una estatua de Buda, antes de tocar cualquier instrumento musical sea o no ceremonial, antes de sentarnos en nuestro zafu durante zazen, al salir u entrar en el dojo y en definitiva siempre que vayamos a iniciar o terminar cualquier acción o queramos mostrar gratitud hacia alguna persona o ser vivo, naturaleza...

Gassho

Sergi. G.